CALVARIO
Francisco del Rincón, 1600
Iglesia de Santo Tomás
Cofradía de El Calvario
El paso del Calvario de Santo Tomás, obra del escultor Francisco del Rincón, recibe esta advocación debido a que antes de cumplir con su función procesional, era el calvario que remataba el retablo mayor de la iglesia de Santo Tomás de Medina del Campo. Lo componen como es usual las imágenes del Señor crucificado, con María y San Juan de pié, dispuestos a ambos lados de la cruz. Dicha capilla mayor había sido adquirida en 1595 por doña Leonor de Garibay, viuda de Francisco de Bracamonte, Maestre de Campo de la Nueva España. Al adquirir el patronato de la capilla mayor del templo parroquial de Santo Tomás, renovó los enseres de la misma, dotándola de un nuevo retablo mayor que se ejecutaría entre 1600 y 1605, puesto que en 1605 se contrata la policromía del mismo y por tanto el retablo ya se encontraba asentado en la capilla mayor. La policromía se encarga a Pedro de Herrera el Viejo, Pedro de Herrera el Mozo y Lázaro Andrés, pintores vecinos de la villa.
Francisco del Rincón fue el escultor más importante de los últimos años del siglo XVI y los primeros del siglo XVII. Rincón (hc 1567-1608) demostró una gran creatividad combinando la elegancia manierista y el realismo. Su temprana muerte nos impide conocer cómo hubiera evolucionado este artista, cuya fama en parte ha quedado oscurecida por el que se cree fuera discípulo suyo Gregorio Fernández. Precisamente de la mano de Francisco del Rincón en 1604 con la realización del paso de la Elevación de la Cruz para la Cofradía de la Pasión, se inició el paulatino cambio de los pasos de papelón y figuras de vestir, por otros de talla completa en la ciudad de Valladolid.
Francisco del Rincón realiza este Calvario siguiendo el estilo imperante en el último tercio del siglo XVI. Señala Jesús Urrea como sus obras se caracterizan por una cierta blandura en el modelado, poseen elegancia sencilla en la recreación de ropajes y están dotadas de una fuerte espiritualidad. El modelo empleado para la imagen del Señor lo sigue en piezas monumentales y otras de reducido tamaño, con escasas variantes. Cristo clavado a la cruz por tres clavos, con la cabeza ladeada sobre el hombro derecho, con corona de espinas tallada de doble espino trenzado. El paño de pureza, queda abierto en la cadera derecha, generando una caída angulosa que es casi como un motivo recurrente e identificativo en diferentes obras del artista. Las figuras de la Virgen y San Juan aparecen compensadas y contrapuestas en gestos, lográndose una composición general serena y equilibrada. Cristo ya está muerto, mientras San Juan dirige su mirada al Señor y María, con un gesto de aceptación de los designios divinos, dirige su mirada hacia abajo.
Este Calvario participa en las procesiones penitenciales de la villa desde 1993 y se restauró en 2007 recuperándose su antigua policromía de 1605 únicamente en la imagen del crucificado, ya que las imágenes de San Juan y la Virgen fueron repolicromados a imitación de alabastro, perdiendo los dorados y estofados de sus mantos y que no pudieron ser recuperados en las últimas restauraciones y que se han repintado en colores planos.