SANTO SEPULCRO
Cristo, Maestro de Covarrubias, 1515
Urna, Francisco González Macías, 1953
Santuario de Nuestra Señora del Carmen, Padres Carmelitas Descalzos
Real Cofradía del Santo Sepulcro
El paso del Santo Sepulcro, lo componen la imagen del Señor Yacente, obra del Maestro de Covarrubias, siglo XVI; y el Santo Sepulcro que le da nombre realizado por Francisco González Macías, 1953.
Cuando no es procesionado, la imagen del Señor se guardaba en un sepulcro acristalado instalado en un arcosolio de la iglesia del monasterio de Santa María la Real hasta el cierre de dicho convento de Madres Dominicas, cuando pasa al Santuario de la Virgen del Carmen. Esta imagen y el sepulcro que la cobijaba se encuentran en diálogo con un conjunto de pinturas murales que en el frente presentan la Cruz desnuda y varias figuras que asisten al entierro del Señor, quedando dispuestos, como es tradición José de Arimatea a los pies y Nicodemo a la cabeza del Señor.
Aunque existen algunas imágenes de Cristo Yacente del siglo XIV, no son muy comunes. De hecho esta escultura de Medina del Campo entra dentro de la escasa nómina de piezas de Cristo Yacente del tránsito entre los siglos XV y XVI, destacando igualmente por su altísima calidad artística.
La imagen del Señor, de altísima calidad, se atribuye su realización al Maestro de Covarrubias, escultor activo en Castilla en los años finales del siglo XV y a inicios del siglo XVI. Su nombre se vincula con el autor del Tríptico de la Epifanía de la colegiata de Covarrubias (Burgos). La imagen de Cristo yacente, resulta muy expresiva y realista, contando con multitud de detalles. El rostro sereno presenta los ojos rasgados con párpados caídos, pómulos y barbilla muy marcados. Arrugas en las comisuras de los ojos y frente remarcan el sufrimiento del suplicio, junto con infinidad de detalles como las venas bajo la piel. Precisamente su rostro se ha vinculado con el de la imagen de San José del Tríptico de Covarrubias (Burgos), con el cual guarda múltiples paralelismos que han permitido la atribución a este innominado autor. Su cuerpo refleja la rigidez de la muerte y presenta un canon alargado, destacando la forma de tallar las clavículas y las costillas, que recuerdan un cuerpo moribundo. La Semana Santa de Medina del Campo disfruta de este paso de altísima calidad artística desde la Semana Santa de 1944, momento en el que cofradía y conjunto procesional se incorporan a la Semana Santa de la Villa de las Ferias.
El canon de la figura es alargado y en su desfile procesional, muchos de estos detalles quedan ocultos por disponerlo en el interior de una urna o sepulcro neogótico realizado en 1953 por el escultor salmantino Francisco González Macías. Se suele pasar por alto la importancia de esta pieza, pero es realmente la que da la advocación principal de la imagen y de la propia cofradía que lo procesiona, erigida bajo la advocación del Santo Sepulcro.